viernes, 4 de febrero de 2011

¿Por qué no yo? ¿Por qué no a mí?

Periodista y con el corazón partido. Así arranca mi blog, haciendo una simple descripción de una misma y asumiendo una realidad a gritos casi siempre callada al mundo. Soy una pequeña Carrie destrozada por un Mr. Big. Y lo es desde su sentido más literal, hasta el más figurado: un mister, un señor. Un big, un grande y mayor. Enorme en su manera de ser, de trabajar, de vivir, de congeniar con el mundo. Especialmente con el suyo, remotamente con el mío que, por paradógico que sea, sólo era él. Mi mundo era él.
Pero ya ha acabado 'porque yo me lo propuse y sufrí', porque ya no quedaba otra. Y ahora miro al mundo sola y partida. Recomponiendo mis añicos y tratando de vivir con la certeza de que el futuro que había escrito para mí no era bueno, no era el mío. Simplemente, no debía ser.
Así que, sí, los Mr. Big existen y lo que les hace brillantes y maravillosos son precisamente la infinidad de contrapuntos oscuros que les sustentan. Traté de amarlos todos, pero es imposible. Y hoy empiezo a delegar en mis instintos la escritura de mi futuro y siento vértigo. Mi vida es la única página en blanco que me da miedo.
Me pregunté muchas veces qué hacía mal, por qué no merecía yo que mi lucha funcionara, por qué no salía bien, por qué no a mí. Ahora sé que los señores grandes no se inventan ni alimentan de una. Y si una los hizo grandes es porque una tiene grandes cosas.
Hoy me he cansado de generosidad gratuita y he descubierto estar en deuda conmigo. Voy a empezar a pagarme y aunque parezca absurdo, empiezo a cobrar mis olvidos de mí con sesiones de autoestima: me deshago de toda mi celulitis vital. No quiero piel de naranja, quiero carne de gallina. No quiero un michelín, quiero mariposas en el estómago. No quiero más cera ni pinzas que me irriten la piel, quiero caricias reparadoras. Y a lo psicólogico mediante lo físico acompaña lo expresivo: Hoy empiezo mi blog.
Y me repito, sabiendo que los señores grandes, de grandes egos y amor propio, sí existen que los Mr. Big a esa antigua usanza (la de mi pasado más o menos reciente) dejarán de hacerlo.